Mi amigo Vicente es muy escéptico con la venta de productos por internet, pero como es humilde y sabe reconocer cuando se equivoca, el otro día me llamó y me comentó lo que le ocurrió. Solo por curiosidad, ni siquiera porque le gusten los cítricos, rellenó un formulario web de una empresa de venta de naranjas online valenciana. Al día siguiente recibió una llamada, no la típica de "call center", sino en palabras suyas como el campesino que acababa de recoger las naranjas de la huerta: "Gracias por interesarse en Naranjas María". A continuación le explicó porqué son tan especiales y los años que llevan funcionando y como las cuidan y recogen. Le dijo que esta labor la hace un miembro de la familia María personalmente a todas las personas que se interesan en el producto para contarles como lo cuidan. Lo mas "alucinante" fué que, aparte de indicarle que le llegaría un dossier con más detalles, su primer pedido si lo hacía no tendría que pagarlo."Las pagas cuando te las comas y quedes encantado con ellas". Ni al pedirlas ni al transportista. Muy fuerte. Confían tanto en su producto que lo que quieren es que la gente quede satisfecha con la Empresa.
Me viene a la memoria el eslogan de McDonalds, salvando obviamente las distancias: "No queremos que vengas, queremos que vuelvas".
Este es un ejemplo de una pequeña empresa que con cariño, incluso hoy, puede tener éxito.
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